Después de más de 13 mil años de extinción, el lobo terrible —inspiración directa de los icónicos huargos de Game of Thrones— ha vuelto a la vida. Y no, no se trata de una escena perdida de Westeros, sino de un avance científico real cortesía de la empresa de ingeniería genética Colossal Biosciences.
Tres cachorros han nacido mediante edición genética: Rómulo, Remo y Khaleesi. Sí, esa Khaleesi. Con nombres que mezclan mitología, historia y fantasía, estos nuevos lobos gigantes ya habitan una reserva privada. De pelaje blanco y esponjoso, y con un tamaño que superará fácilmente a los lobos grises modernos, estos huargos modernos ya son parte de nuestra realidad.
Pero el dato más épico es que George R. R. Martin, creador del universo Game of Thrones, participó activamente como asesor cultural e inversor en el proyecto. Incluso visitó a los lobos en persona. En palabras del autor:
> “Mucha gente ve a los lobos terribles como criaturas míticas, pero en realidad tienen una rica historia en nuestro ecosistema.”
Y como si esto no fuera suficiente para emocionar a los fans, Peter Jackson también está involucrado. El director de El Señor de los Anillos prestó nada menos que el Trono de Hierro original para una sesión de fotos exclusiva, donde los lobos posaron como verdaderos reyes de esta nueva era.
La historia, la ciencia y la fantasía han chocado de frente en este acontecimiento sin precedentes, tanto que incluso la cuenta oficial de Jurassic World bromeó al respecto en X con la frase:
> “No vemos ninguna posibilidad de que esto pueda salir mal”,
una irónica referencia al caos que suele desatar la reanimación de criaturas extintas...en el cine.