Cuentan que cuando cae la noche y no hay nadie para observarla, cobra vida una elegante y hermosa figura llamada La Pascualita. Este maniquí ha estado en exhibición en la tienda La Popular durante casi 90 años. ¿Conoces su intrigante historia?
El 25 de marzo de 1930, en el Día de la Encarnación, los habitantes de Chihuahua fueron sorprendidos por la llegada de La Chonita, posteriormente conocida como La Pascualita debido a su sorprendente semejanza con su dueña. Este maniquí poseía una apariencia tan realista que cautivó a muchos con sus encantos físicos. No solo tenía una figura esbelta y majestuosa, sino que también presentaba detalles hiperrealistas, como delicados pliegues en las manos y grietas en las yemas de los dedos que parecían huellas dactilares. Sus ojos emitían un brillo que daba la ilusión de vida, como si estuviera observando a los visitantes.
Según los registros, La Pascualita fue traída desde Francia por encargo de la señora Pascualita Esparza Perales de Pérez, quien en ese momento dirigía la tienda de ropa llamada La Popular. Sin embargo, alrededor de este maniquí, se han tejido diversas historias y leyendas, y aquí te presentamos una de ellas.
La leyenda de la Pascualita
La Pascualita se ha convertido en un destacado atractivo tanto del estado de Chihuahua como de la tienda donde se encuentra en exhibición. Este fenómeno ha dado origen a la creación de varias leyendas. Algunas de estas historias sostienen que la belleza de La Pascualita ha cautivado a tal grado a algunos hombres que se han enamorado perdidamente, perdiendo la razón en el proceso.
Sin embargo, entre las muchas narrativas en torno a este maniquí, existe una leyenda particularmente conmovedora. Según esta versión, el imponente maniquí era en realidad la hija de la señora Esparza. Se cuenta que La Pascualita tenía un futuro prometedor, siendo una joven hermosa, inteligente y de buen corazón. Sin embargo, su vida fue truncada el día de su boda debido a la picadura de un alacrán.
Ante esta tragedia, la señora Esparza no pudo soportar el dolor de la pérdida y tomó la inusual decisión de embalsamar a su hija, permitiéndole verla hasta el final de sus días, en 1967. Surgieron rumores sobre este acto perturbador, pero hasta el día de hoy, ni se han confirmado ni refutado.
Con el tiempo, La Popular pasó a manos de nuevos propietarios y, gracias a La Pascualita, se convirtió en un lugar de gran tradición. Además, se dice que este maniquí trae buena suerte a las mujeres que están por casarse. Si desean obtener esta bendición, simplemente deben adquirir el vestido que lleva La Pascualita y así asegurarse un matrimonio duradero y lleno de felicidad.