El cine llegó por primera vez a Latinoamérica casi un año después de su aparición en París.
Fue en el Castillo de Chapultepec, la noche del 6 de agosto de 1896, y fue Porfirio Díaz con su familia y colegas quienes disfrutaron de aquellas asombrosas imágenes en movimiento enviadas por los hermanos Lumiére que se proyectaban en el cinematógrafo en uno de los salones del castillo.
Se rumora que durante ese sexenio el gobierno de Porfirio Díaz sostenía una buena relación con el gobierno francés, de ahí que se escogiera a México como primer país americano en presenciar el cine.